RONALDO: DE LA CANCHA AL ESCRITORIO

Se las sabe todas.

Por FEDERICO MEDINA. El Fenómeno, flamante ex jugador, no planea quedarse de brazos cruzados. Con una idea muy particular, quiere armar una de las empresas más fructíferas de Brasil -y tal vez del mundo-, al mismo tiempo que seguir contando billetes. Su plan.

A los 17 años ya era campeón del mundo con su Selección. Jugó al fútbol durante 18 abriles en 7 equipos diferentes, donde marcó 471 goles y logró ganar 22 títulos. Su nombre completo es Ronaldo Luis Nazario da Lima, pero el mundo lo conoció como El Fenómeno. Ronaldo, el máximo goleador de la historia de los mundiales, acaba de colgar los botines, pero con su empresa de marketing deportivo 9ine promete trasladar aquella habilidad que lo llevó a la cumbre del fútbol, hacia el mundo de los negocios.

Fue sin duda uno de los mejores jugadores que se vio en una cancha, pero en los últimos tiempos su rendimiento lo puso en el blanco de las críticas. Aquella eliminación del Corinthians a manos del ignoto Deportes Tolima, por Copa Libertadores, aceleró su decisión. La “torcida” culpó a Ronaldo. Ese moreno crack habilidoso que en el pasado coleccionaba gambetas y avergonzaba rivales, era ahora un robusto jugador con sobrepeso, incapaz de cambiar la crónica de un partido adverso. Ronaldo supo que ese era el final. El paso siguiente fue convocar a los principales medios del mundo para comunicar que el fútbol se quedaba sin uno de los futbolistas mas grandes que dio la historia.

"Les agradezco, pero todo ha terminado. Estoy cerrando mi carrera como jugador profesional, una carrera donde gané varios amigos y ningún enemigo", dijo el crack en un comunicado solemne. El mundo deportivo quedaba algo golpeado, porque el fútbol se estaba muriendo un poco.

¿A qué se iba a dedicar El fenómeno a partir de ahora?, fue la inmediata pregunta que se hicieron los medios y fanáticos. Veloz, como en sus tiempos de gloria, al día siguiente Ronaldo daba a conocer la respuesta: “Trabajaré en mi empresa de marketing. Concentraré mis energías y tiempo en la representación de deportistas, y en diferentes negocios y actividades dentro del deporte”, expresó con decisión.

Inteligente, Ronaldo no hará como esos ex futbolistas que dedicarán el resto de sus vidas a descansar en alguna desértica playa de Dubai, donde ocuparán el tiempo gastando los millones que el futbol les ha dado, mientras recuerdan viejos tiempos de gloria. Su adrenalina no se lo admitiría. Ese jugador eléctrico que ya gambeteaba a los mejores defensores del mundo casi antes de que Lionel Messi tocara su primera pelota, no iba permitirse ese lánguido futuro.

“Comienza una nueva etapa y estoy con muchas ganas. Esto me posibilitará seguir en contacto con el deporte, desde otro lado. No quiero alejarme de lo que ha sido mi pasión”, declaró el nuevo empresario del marketing deportivo. Ronaldo no quiere desconectarse del mundo de la pelota, pero además, sabe bien que su nombre e imagen pueden seguir aportándole importantes dividendos, aunque ya no grite goles como antes.

La muestra más cristalina de ello fueron sus dos últimos caóticos años en el Corinthians. Su sequía goleadora, constantes lesiones e incurable sobrepeso no impidieron que los ingresos del club crecieran un 60 %. Además, el volumen embolsado en boleterías acrecentó las arcas del Timao un 20 % con respecto al 2009, mientras que el club pudo triplicar su facturación en materia de sponsors. Fue claro que para el Corinthians, Ronaldo significó la mejor incorporación de su historia desde lo económico, y no desde lo deportivo como esperaban de manera impaciente sus hinchas.

Corinthians hizo su negocio y el jugador también salió ganando. Por eso, pese a que en los últimos tiempos el delantero ya se mostraba como un cansino ex jugador, casi siempre era uno de los inamovibles dentro de los 11 titulares del equipo. Destacable era el hecho que el Corinthians no le pagaba salario alguno. Su sueldo emergía del magistral apoyo económico de un grupo de auspiciantes, quedando claro que su paso por su último club fue el primer gran negocio del nuevo Ronaldo empresario.

Ahora, y casi como ensayando su primera gambeta fuera de las canchas, El Fenómeno, flamante presidente de 9ine, acaba de firmar su primer contrato con Anderson Silva, un temible noqueador brasileño de Lucha Libre. Tal como explicó, su empresa será la responsable de atraer a los patrocinadores y gestionar la imagen del luchador. Sumado a ello, el objetivo es hacer más popular este deporte en Brasil, a fin de convertirlo en un negocio más lucrativo.

Por el lado del fútbol, la representación de jugadores será una de las principales actividades de 9ine. “Quiero ser el agente de amigos como Kaká, Pato, y también Neymar, nuestro futbolista con mayor futuro”, dijo quien también será el encargado de conducir la carrera de Marta, la mejor futbolista del mundo. Asimismo, será embajador del Corinthians en el resto del planeta y trabajará para la Confederación Brasileña de Fútbol como integrante del comité del mundial 2014. Todas ellas, responsabilidades que sin dudas le demandarán algo de tiempo y generarán muchos millones. Por último, El fenómeno ya arregló ser la nueva cara de la cerveza Ambev, quien de la mano del ex crack tiene como objetivo pelearle el puesto a las marcas más reconocidas de la competencia.

El próximo mes de marzo, presentará de manera oficial su agencia de marketing deportivo. El mundo conocerá 9ine, la nueva jugada post fútbol del hombre que quiere llevar todo su talento al plano de los negocios.

El crack que durante años le hizo ganar títulos y millones a sus equipos, ahora no tendrá enfrente arqueros a vencer, ni defensores que gambetear. Tampoco habrá delante presidentes con quienes rendir cuentas o pelear un contrato. El nuevo Ronaldo empresario será su propio jefe. Como futbolista le decían El fenómeno. Ahora quiere seguir demostrándolo detrás de un escritorio.